El Amor de Padre
Cierta ocasión estaba en casa de mis padres, preparaba mi ropa
para el día siguiente,para asistir a nuestra junta de asamblea general, estaba
planchando mi camisa en el cuarto de mis padres cuando mi madre fue a la cocina
por el vaso con leche y pan, que, noche con noche desde hace muchos años, le
lleva a mi papá para que cene.
De repente mi padre se sentó en su cama y me dijo:“Hijo, quiero
hablar contigo”, claro papá, dime. Me
sorprendió mucho su actitud, principalmente porque mi padre no es un hombre de
mucho diálogo, siempre ha sido muy reservado, incluso, puedo decir que muy seco
y frío en su relación con nosotros. Pero más me sorprendió cuando me dijo:“Quiero
pedirte que me perdones. Perdóname por
la forma en cómo te traté, perdóname por haberte golpeado, no sabes lo
arrepentido que estoy por haberlo hecho”.
Me quedé callado, solo mirándolo, mirando a ese hombre rudo,
tosco, de rostro serio, porque él siempre fue así, lo miré triste, percibí su
orgullo desbaratado a través de esa petición, con sus ojos vidriosos. De
repente levantó su cara y mirándome a los ojos me dijo:“Quiero pedirte que me
perdones y quiero pedirte que, por favor, ¡Tú nunca le vayas a pegar a tus
hijos! No lo hagas hijo, porque no sabes
lo difícil que es cargar con esto, yo lo hice porque no supe cómo reaccionar a
tus conductas y nadie me enseñó cómo hacerlo, pero estoy arrepentido y quiero
que me perdones, quiero que sepas cuánto te amo, a ti y a tu familia”.
Me quedé mirándolo y lo único que se me ocurrió hacer fue ir a
donde estaba y abrazarlo muy fuerte. Y le dije:“Papá, lo único que puedo
decirte es ¡gracias!, gracias por amarme como lo has hecho, incondicionalmente.
¡Jamás me has fallado! Al contrario, siempre has estado ahí, en todos los
momentos difíciles de mi vida y me has apoyado. Me has dado un gran ejemplo,
hoy que soy casado y soy papá es lo que te agradezco ¡tu ejemplo! Quiero imitar tu actitud, lograr envejecer a
lado de mi esposa, como tú lo estás haciendo con mi mamá, atender a mis hijos
como tú lo sigues haciendo hasta el día de hoy con nosotros, has sido un buen
hombre y quiero que sepas que me siento muy orgulloso de ser tu hijo. ¡Te amo
Papá!
Fue un momento muy bonito, muy sensible, que le agradezco
enormemente a Dios y a DA. La vida ha sido muy buena conmigo desde mi llegada a
la asociación, hace algunos años tuve una plática con una persona que trabajaba
en el DIF municipal, fuimos a dar una junta de información a los niños que
tenían en un albergue de esta institución, al finalizar, esta persona se nos
acercó y nos preguntó qué opinábamos acerca de la situación de estos niños, le
dimos nuestro punto de vista y ella nos dijo que esos niños estaban
sentenciados a repetir su historia en un futuro, pues era una cadena muy
difícil, imposible, de romper, pues si el niño había sido golpeado, sería un
padre golpeador, si en su hogar había violencia intrafamiliar sería un esposo
golpeador, si su padre era alcohólicoél sería un padre alcohólico y así
sucesivamente.
Ella me preguntó qué pensaba al respecto y le contesté:“¡No estoy
de acuerdo contigo!,pues lo que he logrado en el grupo, a través del programa que
practicamos y lo que mis compañeros me han enseñado, son dos cosas muy
importantes y que considero repercutirán para bien en mi vida. Gracias a eso he
logrado entender y valorar el sufrimiento que vive un hijo por odiar a su padre,
yo lo padecí, lo he valorado y no quiero eso para mis hijos. Pero también he
podido entender y valorar el sufrimiento que vive un padre por odiar a su hijo
y yo no quiero eso para mí en mi vida futura. De tal manera que, gracias a que
Dios que me trajo a Drogadictos Anónimos, ¡yo soy el eslabón que rompe esta
cadena!
En mi vida he cometido muchos errores y mi padre siempre ha estado
a mi lado y me ha apoyado para poderlos resolver y superar, estuvo y me apoyó
cuando me fui de su casa y anduve en la calle, estuvo y me apoyó las veces que
enfermé o me hirieron, estuvo y me apoyó cuantas veces estuve preso, estuvo y
me apoyó en mi drogadicción, a pesar de todas las estupideces que cometí y
todos los reproches injustos con los que cobardemente quise justificarme.
Ha estado y me ha apoyado en mi recuperación, estuvo y me apoyó el
día que me casé, estuvo y me apoyó el día que nacieron mis hijos, ha estado y
me ha apoyado en todas las cosas buenas que Dios y DA me han dado.
Soy un hombre adulto, ya casado, con dos hijos preciosos ¡y sigo
haciendo locuras! Locuras de un DA, de alguien que como dice un buen amigo:está
viviendo horas extras. Hace
aproximadamente un año terminé el bachillerato, no salí muy mal, motivo por el
cual formé parte de la escolta que participó en el acto protocolario de la
ceremonia que se realizó para entregar las constancias, también me dieron un
diploma por el promedio que obtuve. Pero lo más hermoso para mí fue ver a mi
público, fue ver a mis dos hijos con sus caritas sonrientes mirando a su papá,
un papá que ha sido hecho en DA y con el ejemplo de una gran hombre que ha sido
mi padre, fue ver a mi esposa, muy sonriente, y porqué no decirlo, haciéndome burla
porque con quienes estudié la mayoría eran mucho más jóvenes que yo, pero contenta,
muy contenta.
Mis hijos le contaron muy emocionados a su abuelo lo que había
pasado en esa ceremonia, mi padre los escuchaba y les preguntó cómo se sentían,
mi pequeño hijo le dijo que estaba muy contento por su papá. Mi padre esperó el
momento de encontrarse a solas conmigo para decirme que se sentía orgulloso de
mí, que me felicitaba y que le echara muchas ganas, que lo hiciera por mi
familia, para que se sintieran orgullosos de mí. Le di un abrazo, un beso y las gracias,
porque en gran parte esto es gracias a su ejemplo y le pedí que se cuidara,
cuídate porque tienes que estar el día que mi niña cumpla sus 15 años y bailar
con ella, es más, tienes que estar el día que ella se case, me tienes que
acompañar a entregarla en el altar, mi padre me sonrió y me dijo, hijo, ya
estoy viejo y no sé si vaya a llegar a ese día, pero sabes qué sí le pido a
Dios, que me permita estar contigo el día que termines tu carrera, sus ojos se
llenaron de lágrimas, se dio la vuelta y se fue.
Con el respaldo de mis amigos DA, el apoyo de mi socia o sea mi
esposa, y la alegría de mis hijos, me motivé y entré a la universidad, cuando
mi padre se enteró se puso muy contento y me dijo que no desistiera, que
terminara, que él confiaba en mí, que él confía en que lo lograré.
Hace un par de meses, como acostumbramos hacerlo mi familia y yo,
nos comunicamos con mi madre para saludarla y platicar con ellos, ella me contó
que le habían hablado del hospital, pues mi padre estaba internado, se sintió
mal, no quiso decirle a nadie y se fue solo al doctor, pero estaba grave y hubo
que internarlo, fue por eso que tuvieron que llamarles para enterarlos y se
presentaran. Estuvo internado una semana, cuando lo dieron de alta, el médico
que lo atendió le llamó a mi mamá y le dijo que mi papá insistentemente le
pedía que por favor lo curara, el doctor le comentaba que estaban haciendo lo
posible por curarlo, pero que estaba muy delicado y tenía que poner de su
parte.
Mi padre mejoró, el doctor le dijo que en unos días lo daría de
alta y lo mandaría a su casa, mi padre le dio las gracias, el doctor le dijo
que era su trabajo y que lo hacía con gusto, que se alegraba que ya estaba bien
y que podría hacer lo que tenía que hacer, pero con cuidado, que no podía hacer
esfuerzos, mi papá le dijo que para hacer lo que él quiere hacer no necesita
esforzarse, necesita estar vivo, el doctor le preguntó que qué era eso que
tenía que hacer y mi padre le contestó:“tengo que estar con mi hijo el día que
se gradúe, después de eso me daré por bien servido, solo quiero eso”.
Mi madre me platicó que el doctor felicitó a mi padre por la forma
en cómo ama a su familia, y que cuando le platicó esto a mi mamá estuvo a punto
de llorar, el doctor se disculpó con mi mamá y le dijo:“Perdón, señora, pero a
mí me hubiera gustado tener un padre así, qué afortunados son sus hijos”.
El próximo 15 de febrero mipadre cumplirá 80 años de edad, iré a
verlo y abrazarlo, a darle las gracias por cada momento vivido a su lado, a
disfrutar cada momento que pueda estar con él, a repetirle lo orgulloso que
estoy por ser su hijo, y por el ejemplo que me da para que yo aprenda a amar
igual a mi familia, incansable e incondicionalmente.
Doy gracias a Dios y a DA porque a través de esto he conocido,
aprendido y valorado cómo es “El amor de Padre”.
Con mucho cariño, tu amigo Al Ru.
Que bonito... Muchos podremos ser "el eslabón que romperá la cadena" excelente historia 👏👏
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